Primera vez viajando sola a otra parte del mundo.
El objetivo de muchas personas es poder viajar al rededor
del mundo, y claro muchas de ellas lo logran, pero cuando te llega esa
oportunidad de poder hacerlo y tener que irte solo sin ningún familiar que te
ayude, llegan muchos miedos a tu ser.
En mi caso no fue diferente, primero llegó esa oportunidad
que había buscado desde hace mucho tiempo, además que en esta ocasión me ayuda
tanto personal como profesionalmente.
El primer miedo al que me enfrenté es a poder pagar el
boleto de avión, en esta ocasión tuve mucha ayuda de mi familia.
Al tener el boleto de avión, se presentó otro miedo; tener
todo lo necesario en cuestión de medicamentos, jeringas, recetas médicas, etc.,
para la aplicación de insulina y control de mi diabetes y no tener problemas en los
aeropuertos ni en el lugar de visita. (Prefiero tener todo listo y cubierto
para no andar buscando luego y enfrentarme a la realidad de que no exista en
ese otro lugar).
Esos fueron los primeros miedos que se me presentaron porque
además fue todo tan rápido, que todavía en mi mente no se procesaba por
completo esta aventura.
Ya en el aeropuerto, tuve la maravillosa oportunidad de que
mis papás fueran conmigo y se esperaron hasta que tuve que pasar a la sala de
espera.
Cuando ya estaba sola en la sala todavía me sentía muy
tranquila pues estaba en mi país México, comenzaron un poco los nervios porque
el vuelo se retrasó unos minutos, la gente estaba desesperada, haciendo fila en
una sala tan pequeña, al abordar el avión me dije a mi misma, "Aquí
empieza la aventura".
Llegué a Frankfurt y me sentía un poco sola, pasé por la
zona de Migración, en donde estaban dos mujeres y me pidieron el pasaporte y mi
reservación del vuelo de regreso, claro todo en Inglés, pero yo soy el tipo de
persona que te muestra una sonrisa y espera lo mismo, pero aquí no pasó nada,
en cambio se mostraron las dos muy frías y según ellas hablaban en "voz
baja" pero claro que escuchaba y veía sus rostros, no fue una muy buena
experiencia en esta sección, me dieron mis documentos y fui a la sala de espera,
donde tuve que esperar 6 horas, pero no fueron tan aburridas pues me puse a
platicar en español, con una señora de limpieza que reside en Alemania pero es
de El Salvador, esta plática me ayudó mucho. Ella me compró medio pollo a 3 euros (claro que
yo se lo pagué) de la cafetería de los trabajadores del aeropuerto, fue el
pollo de 3 euros más rico que me pude comer ese día.
Después de todo eso llegó la hora de tomar el último avión a
mi destino Breslavia, en mi mente viajaban ideas sobre mi equipaje, otro miedo
más, esperando que llegara mi maleta hasta Polonia.
Llegué a una Breslavia fría, fueron por mí al aeropuerto, me
dejaron en mi habitación y pude descansar, pero con los ojos abiertos por el
cambio de horario, pensando en mi familia que los extraño cada día y deseando
que pasen las semanas lo más rápido posible (así será) y regresar a mi cálido
México junto a mi familia y comer chilaquiles, tortillas de harina, guacamole,
chile y más comida típica de mi país.
Llegaron otros miedos, los de no dar el estatus en el
trabajo, pero creo yo lo estoy realizando bien y espero así seguir.
Enfrentarte a una nueva realidad y estilo de vida es un gran
reto que alguna vez todos deben enfrentar, y yo lo haré, son sólo 6 semanas, y
daré mi mejor esfuerzo, claro sin gastar de más y sobrevivir bien en estas
semanas.
Si una oportunidad llega a su vida no la dejen pasar, tómenla
y háganla realidad.
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