El hilo rojo del destino.
Unos días atrás me encontré con
una lectura que habla acerca de una leyenda y creencia asiática, la cual
deberían de leer todos los enamorados y los no enamorados para que no pierdan
la fe de encontrar a esa persona especial.
La historia cuenta, que al nacer
los dioses atan un hilo rojo en el tobillo o en el dedo meñique de la persona y
el otro extremo en otra persona, y que en algún momento de la vida tendrán que
conocerse.
Y no importa en qué continente,
país o ciudad se encuentren las personas, el hilo rojo conecta a dos completos
desconocidos en un determinado momento, desconocidos con un destino en común
que juntos o no físicamente, siempre estarán conectados.
Aunque no se sabe con exactitud
ni dónde, ni cuándo, ni cómo se conocerán, pero en algún momento se encontrarán
con la persona con quien nacieron conectados. Podrás saber que es esa persona, porque
tu corazón latirá con mucha intensidad y sentirás una pasión difícil de ocultar
y lo más importante es que nunca lo habrías sentido con anterioridad.
La conexión entre ambos es tan
intensa que en algunas ocasiones podrán llegar a pensar y hablar lo mismo,
tener los mismos gustos, sueños y anhelos, se compenetrarán el uno con el otro,
llegando a ser una sola persona.
Dicen que antes de conocerse cada
uno por su cuenta experimenta acontecimientos sumamente extraños, como por
ejemplo despertarse en medio de la noche sin motivo alguno.
Pero como en toda relación puede
haber diferencias, por lo que hay que saber resolverlas, sin embargo, el hilo
rojo permanecerá pese a los años y a las circunstancias, y jamás se ata a otra
persona distinta.
Vivan su amor y disfruten el día a día con esa persona especial. Creer es cuestión de cada quien, pero como decimos en México, de que existe un roto para un descosido, existe. En otras palabras, todos encontrarán a su alma gemela, quien sabe a lo mejor están hablando en este instante, o se cruzaron por la calle, o se vieron en un restaurante, fiesta, etc. No pierdan las esperanzas.
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